miércoles, 19 de diciembre de 2007

Reseña Histórica

Como elementos históricos enlazados a la formación, podemos destacar la teoría en el siglo XIX por parte de científicos que defendían que la calzada de los gigantes, podía ser resto de un antiguo bosque de bambúes petrificado, aunque más tarde esta teoría fue abandonada.
Hasta finales de este mismo siglo, el aislamiento de la costa de Antrim impidió que la gente, a excepción de algunos valientes, pudiera conocer este bello lugar. Esto se prolongó hasta el año 1883, cuando se puso en servicio un pequeño tren que llevaba hasta la calzada. Así, hoy en día la calzada de los gigantes se ha convertido en una escursión más para los que viven cerca de ella o en un viaje extraordinario para los que se encuentran más alejados.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Datos de interés


La calzada de los gigantes, al ser una formación realmente asombrosa, se le han atribuído apelativos a lo largo de la historia, puesto que posee lugares donde la piedra adopta formas que recuerdan a cosas muy concretas o conocidas, algunos son; la zarpa de león; el anfiteatro; el órgano de los Gigantes; el Arco del Elefante; la Silla de la Dama...


Es importante mencionar el clima templado del lugar, con lluvias anuales y fuertes vientos, el cual está moderado por la influencia de la corriente cálida del Atlántico Norte. Este tipo de clima, ha favorecido una abundante y variada flora, aproximadamente unas 930 especies, las más características son los brezos, el trébol, los arbustos de retama, la festuca y las orquídeas de vivo colorido, así como las plantas carnosas que no dan flor.
A su vez, el clima permite la existencia de una gran variedad de aves, entre ellas los ánades de mar, de vistoso plumaje. También son característicos los tejones, los zorros, los armiños y los roedores, así como la abundancia de peces, al no existir en las aguas ningún tipo de polución. Es sorprendente la ausencia de todo tipo de serpientes y lagartos.

También, es destacable la abundancia de minerales que existen. Su mineral más importante y por el que desde la Edad del Hierro los humanos se han interesado, es la laterita, rica en compuestos de hierro y de aluminio, la cual formaba una veta de color rojo brillante. Dicho mineral, fue ampliamente explotada y nutrió las manifestaciones de la cultura de los celtas
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miércoles, 5 de diciembre de 2007

¿Cuándo, cómo y porqué se formó?


Dicha calzada, se formó hace alrededor de unos setenta millones de años, por medio de grandes corrientes de lava fundida qu emergieron de las fallas de la corteza terrestre que cruzan la costa de escocia, llegando hasta Irlanda. La lava cubrió el espacio que había entre estos dos países, llenando el lecho rocoso de piedra caliza de la costa de Antrim, con capas de roca fundida que alcanzaban de 5 a 7 metros, pero que en algunos lugares llegaron a medir hasta 300 metros, aunque más tarde la erosión redujo este volumen. Al enfriarse y solidificarse la lava, la contracción originó uniones, generalmente fracturas perpendiculares y de superfcie lisa, dando lugar a columnas con un aspecto muy peculiar, las cuales constituyen la zona inferior del lecho de lava de la Calzada. Más tarde, tuvieron lugar erupciones que añadieron una zona superior en forma de columnas más delgadas y fragmentadas.

¿Por qué se llama así?

Su nombre se remonta a una antigua leyenda acerca de Finn Maccumhail, un audaz gigante que habitaba al norte de Irlanda, en la región de Ulster. Cuenta la leyenda, que tal gigante, el cual contaba con una extraordinaria fuerza, creó el más grande de los lagos que se hallan en las Islas británicas, el Logh Neah, a través de la excavación de puñados de tierra que más tarde arrojaba al mar. En una ocasión, quiso retar la fuerza de otro gigante, el cual vivía en la costa oeste de Escocia, y con el propósito de llegar a la morada de su enemigo, Maccumhail comenzó a extraer grandes piedras de la tierra y a continuación lanzarlas al mar, teniendo la esperanza de construir una calzada que cruzase las aguas y llegase hasta escocia. El gigante nunca llegó a terminar su obra, aunque como resultado de su enorme esfuerzo quedó La Calzada de los Gigantes, conocida como la costa de las cuarenta mil columnas.